Mejores Poemas de sor Juana Inés de la Cruz

Los poemas de Sor Juana Inés de la cruz vienen dando de qué hablar desde el siglo de oro, una mujer que vivió hace tantos años se vio limitada por las leyes de su época. Claro está que en aquel entonces la mujer muy rara vez tenía la  oportunidad de tratar con hombres en el área intelectual.

Poemas de sor Juana Inés de la cruz

Y en los pequeños escasos momentos que esto ocurría Juana aprendió lo suficiente para dejar su marca en el mundo de la poesía.

Citas de sor Juana Inés de la Cruz

A pesar de vivir en un era en que los pensamientos retrógrados eran normales Juana no se desanimó por este hecho, y le dedico su vida entera a su trabajo. Puede que por ser religiosa se crea que sus poemas se enfocaban solamente en este aspecto de ella.

Pero sin ninguna pena ella hablo del amor y de la vida de la misma manera que cuando conversaba con los que la instruyeron en el mundo de la poesía. Los Poemas de sor Juana Inés de la cruz y citas son una de las pocas cosas que se conserva de los tiempos antiguos.


“No estudio por saber más, sino por ignorar menos”.


“Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis”.


“Triunfante quiero ver al que me mata; y mato a quien me quiere ver triunfante”.


Poemas célebres de sor Juana Inés de la Cruz

Una mujer como lo fue Juana rara vez se encontraban en tiempos pasados, por ello hay que hacerle una mención digna a los Poemas de sor Juana Inés de la cruz máscelebres que por más cohibida de enseñanza que fuera. Ella al final logro dejar su marca poniéndose a la altura de los poemas de José Emilio Pacheco.

Los poemas de una poeta tan excepcional como lo es sor Juana hay que disfrutarlos en grupo para una mejor apreciación de ellos, ya que en estos las lluvias de ideas pueden hacer que se llegue a entender  a dicho personaje.


“Amor empieza por desasosiego

Amor empieza por desasosiego,
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgos, lances y recelos;
sustentase de llantos y de ruego.

Doctrínanle tibiezas y despego,
conserva el ser entre engañosos velos,
hasta que con agravios o con celos
apaga con sus lágrimas su fuego.

Su principio, su medio y fin es éste:
¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío
de Celia, que otro tiempo bien te quiso?

¿Qué razón hay de que dolor te cueste?
Pues no te engañó amor, Alcino mío,
sino que llegó el término preciso.”


“Con el dolor de la mortal herida

Con el dolor de la mortal herida,
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.

Toda en el mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.

Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro,

No sé con qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: qué me admiro?
Quién en amor ha sido más dichoso?”


Poemas de sor Juana Inés de la Cruz cortos

Ya sea que pertenezcas al mundo de la poesía o no deberías de conocer de antemano los poemas de Mario Benedetti que son la forma de culturizar a todos aquellos que se adentran en esta maravillosa carrera.

Los Poemas de sor Juana Inés de la cruz cortos son una buena manera de comprender la forma de pensar de los poetas, por ello disfruta de los poemas dejados a continuación:


“Teniendo por mejor en mis verdades consumir vanidades de la vida que consumir la vida en vanidades”.


“Sólo los celos ignoran fábricas de fingimientos, que como son locos, tienen propiedad de verdaderos”.


“Todos aquellos que se eligen por algún medio para algún fin, se tienen por de menor aprecios que el fin a que se dirigen”.


Poemas de sor Juana Inés de la Cruz y sus pensamientos

Es normal que los pensamientos de una mujer que se dedicó a su trabajo y a lo que creía podrían tener ideas un tanto oscuras. Ya que al estar en una época donde la mujer rara vez era valorada, el sentimiento de arrepentimiento que esta cargaba podría hacerla desfallecer pero paso todo lo contrario.

En los Poemas de sor Juana Inés de la cruz y sus pensamientos claramente se ve a una mujer que se esforzó por seguir adelante a pesar de los estereotipos establecidos en aquel entonces. Que sin duda fue un ejemplo para las mujeres de su época.


“Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo?”


“Dime vencedor rapaz, vencido de mi constancia, ¿qué ha sacado tu arrogancia de alterar mi firme paz?”


“Así como ninguno quiere ser menos que otro, así ninguno confiesa: porque es consecuencia del ser más”.