Fábula de la Paloma y la Hormiga
Los animales comúnmente son humanizados en las fábulas para impartir valores morales. Algunos son ejemplos positivos, como en el león y el ratón, pero también hay negativos, como la ratoncita presumida. La paloma y la hormiga es una de las historias que logra hacer que otros aprendan lecciones muy valiosas.
Esta historia corta, envuelve a 2 animales que interactúan para dejar ver lo valioso que resulta ayudar y ser agradecidos siempre.
La paloma y la hormiga
La fábula de Esopo, sobre una paloma y una hormiga, capta rápidamente la atención de aquellos que la leen. Debido a lo breve que es el relato, hasta las personas que suelen distraerse con facilidad puedan culminar su lectura. El uso de animales, con la capacidad de hablar, hace aún más divertida e interesante esta historia.
Además, permite que la gente reflexione sobre circunstancias inesperadas que puedan presentarse, y cómo actuar ante ellas:
“Después de caminar mucho bajo el sol, una pequeña hormiga tuvo sed y se acercó a beber a la orilla de un río. El agua era clara y muy fresca. Le apetecía tanto y tenía tanta sed, que se inclinó demasiado y se cayó.
La corriente comenzó a arrastrarla y pensó que era el fin. Sin embargo, una paloma, que lo vio todo, cortó con el pico una hoja y la dejó caer al lado de la hormiga. Así, el insecto pudo subir al ‘improvisado salvavidas ‘y salvar la vida.
Al llegar a la orilla, la hormiga, que tenía un increíble oído, escuchó que se acercaba un cazador y se disponía a disparar a la paloma. Corrió con toda la ligereza que pudo y le dio un mordisco en el tobillo. El hombre soltó un grito, que alertó a la paloma y salió volando.”
Moraleja y aprendizaje
La lectura y reflexión de estos cuentos cortos, como lo son las fábulas, ayudan a las personas a cultivar excelentes cualidades. En el caso concreto de la paloma y la hormiga, se muestra el valor que tiene hacer buenas acciones. Tarde o temprano estas acciones reciben su recompensa, o son devueltas a quienes las realizan.
Este fue el caso con la paloma que, al ayudar a la hormiga, pudo ser salvada cuando la hormiga la recompensó. Los actos de altruismo, aquellos que la gente hace sin esperar recibir nada a cambio, son retribuidos. Como reza un dicho popular “haz el bien sin mirar a quien”, porque las personas no saben cuándo necesitarán ayuda.
De la misma forma, esta fábula les enseña a los individuos que deben mostrarse agradecidos con los que los ayudan. La hormiga, luego de ser salvada por la paloma, mostró su agradecimiento cuando se le presentó la oportunidad. La gratitud es algo interno que debe mover a la gente a actuar, en conformidad con ese sentimiento.
Otra de las moralejas o aprendizajes que los individuos pueden extraer de esta excelente fábula es que todos somos importantes. De una manera u otra, la gente tiene que valorar lo que los demás hacen o pueden hacer, sin subestimarlos.
Aunque la hormiga pudiera haber parecido muy pequeña e insignificante, pudo actuar contra el cazador y salvar a la paloma. Las personas que menos tienen, las que no poseen mucho poder o autoridad, también podrían ayudar a otros.