Fábula de la Zorra y las Uvas

La moraleja que deja un cuento o que expone una fábula, al final, constituye un excelente recurso didáctico. La zorra y las uvas y la gatita presumida, están entre las historias más famosas. La primera es corta, pero no por ello deja de ser provechosa para los niños, los jóvenes y los adultos. Al analizar el relato de forma profunda, se puede extraer más de una lección de valor.

fábula de la zorra y las uvas

La zorra y las uvas

La fábula, escrita por el reconocido escritor griego Esopo, sigue usándose en la actualidad. Eso se debe a la moraleja que deja grabada en la mente de quienes la leen o la escuchan. El personaje principal es una zorra, a la que se le da la capacidad de pensar y hablar en el relato ficticio. El animal se enfrenta a una situación y reacciona de determinada manera ante ella, esto fue lo que ocurrió:

“En una mañana de otoño, mientras una zorra descansaba debajo de una plantación de uvas, vio unos hermosos racimos de uvas ya maduras, delante de sus ojos. Deseosa de comer algo refrescante y distinto de lo que estaba acostumbrada, la zorra se levantó, se remangó y se puso manos a la obra para comer las uvas.

Lo que la zorra no sabía es que los racimos de uvas estaban mucho más altos de lo que ella imaginaba. Entonces, buscó un medio para alcanzarlos. Saltó, saltó, pero sus dedos no conseguían ni tocarlos.

Había muchas uvas, pero la zorra no podía alcanzarlas. Tomó carrera y saltó otra vez, pero el salto quedó corto. Aun así, la zorra no se dio por vencida. Tomó carrera otra vez y volvió a saltar y nada. Las uvas parecían estar cada vez más altas y lejanas.

Cansada por el esfuerzo y sintiéndose incapaz de alcanzar las uvas, la zorra se convenció de que era inútil repetir el intento. Las uvas estaban demasiado altas y la zorra sintió una profunda frustración. Agotada y resignada, la zorra decidió renunciar a las uvas.

Cuando la zorra se disponía a regresar al bosque se dio cuenta de que un pájaro que volaba por allí, había observado toda la escena y se sintió avergonzada. Creyendo que había hecho un papel ridículo para conseguir alcanzar las uvas, la zorra se dirigió al pájaro y le dijo:

– Yo habría conseguido alcanzar las uvas si hubieran estado maduras. Me equivoqué al principio pensando que estaban maduras pero cuando me di cuenta de que estaban aún verdes, preferí desistir de alcanzarlas. Las uvas verdes no son un buen alimento para un paladar tan refinado como el mío.

Y así fue, la zorra siguió su camino, intentando convencerse de que no fue por su falta de esfuerzo por lo que ella no había comido aquellas riquísimas uvas, sino porque estaban verdes.”

Moraleja y aprendizaje

Existen diversos aprendizajes que las personas pueden extraer de la fábula de la zorra y las uvas. Por ejemplo, pueden aprender que no siempre las cosas van a resultar como ellas esperan o creen. Este fue el caso de la zorra, que pensó que obtener las uvas iba a ser algo muy fácil. Sin embargo, terminó por darse cuenta de que hacer eso requería un gran esfuerzo de su parte.

Otra fábula muy entretenida es la del león y el ratón, es ideal para niños. Puedes compartirla con ellos, ya que su enseñanza es ideal para fomentar los procesos cognitivos.

De igual manera, otra lección que encierra este cuento es que la gente debe entender que en la vida hay dificultades. Tienen que hacer frente a estos problemas, sin darse por vencidos, aunque esto implique ciertos fracasos. Esto fue algo que no hizo la zorra, pues simplemente se dio por vencida después de varios intentos fallidos.

La perseverancia es una cualidad que deben cultivar todas las personas que desean alcanzar éxito en la vida. Esto tienen que hacerlo sin dejarse llevar por la frustración que implica no conseguir lo que desean en el tiempo previsto. Así mismo, es importante que aprendan a enfrentar los sentimientos que esto conlleva, sin engañarse a sí mismos.

La zorra se engañó y consoló diciendo a sí misma que no consiguió las uvas porque estaban verdes. Las personas no deben justificarse o consolarse con excusas falsas, más bien tienen que reconocer y enfrentar sus fracasos. Para esto se requiere humildad y modestia, cualidades que los ayudarán a rectificar los errores y a no repetirlos.

Cuando la gente desea alcanzar algo que le importa, no deben detenerse hasta conseguirlo, aunque implique mucho esfuerzo.