Mejores Fábulas con Moraleja
Los relatos cortos, conocidos como fábulas, son un excelente recurso didáctico para la enseñanza de virtudes y la señal ación de defectos. Aunque tienen diferentes protagonistas, personas, animales u objetos, todas suelen servir para impartir aprendizaje valioso.
Fábulas con moraleja cortas
La brevedad de las fábulas con moraleja cortas es un punto que juega a su favor para atraer atención.
El adivino
“Instalado en la plaza pública, un adivino se entregaba a su oficio. De repente se le acercó un vecino, anunciándole que las puertas de su casa estaban abiertas y que habían robado todo lo que había en su interior.
El adivino, levantándose de un salto, salió corriendo hacia su casa, desencajado y suspirando, para ver lo que había sucedido. Uno de los que allí se encontraban, viéndole correr le dijo:
-Oye, amigo, tú que te vanaglorias de prever lo que ocurrirá a los otros, ¿por qué no has previsto lo que te sucedería a ti?
El adivino no supo qué responder”.
Moraleja: No hay que confiar en quienes afirman que tienen la capacidad de adivinar lo que ocurrirá a futuro.
El cuervo y la jarra
“Había una vez un cuervo sediento que voló durante mucho tiempo en busca de agua, hasta que encontró una jarra con un poco del preciado líquido. La jarra tenía un largo y estrecho cuello y por mucho que lo intentara, el cuervo no podía alcanzar el agua con su pico. Desesperado, el cuervo pensó en derribar la jarra y tomar el agua antes de que la tierra la absorbiera, pero la jarra era tan pesada que no se movía con los intentos del pobre cuervo. Al cabo de un rato se le ocurrió otra idea; recogió unas piedrecillas y las dejó caer en la jarra una por una. Con cada piedrecilla, el agua subía un poco más, hasta que por fin estaba lo suficientemente cerca del borde para poder beber. Feliz, el cuervo tomó el agua y siguió volando”.
Moraleja: La calma y el ingenio son esenciales para la resolución exitosa de los problemas.
El niño y los dulces
“Un niño metió su mano en un recipiente lleno de dulces. Y tomó lo más que pudo, pero cuando trató de sacar la mano, el cuello del recipiente no le permitió hacerlo.
Como tampoco quería perder aquellos dulces, lloraba amargamente su desilusión.
Un amigo que estaba cerca le dijo: – Confórmate solamente con la mitad y podrás sacar la mano con los dulces-”.
Moraleja: Intentar abarcar demasiado o ser muy ambicioso trae resultados negativos.
Fábulas con moraleja largas
La moraleja es la parte más importante de una fábula, pues se centra en brindar una enseñanza práctica para el diario vivir.
Una gata enamorada del dinero
“Katy era una linda gatita que estaba en edad de casarse, todos los gatos de la comarca la pretendían. Pero ella estaba interesada solo en el más adinerado de los gatos de la ciudad. Solo con él quería casarse. Soñaba con todo lo que tendría al ser su esposa. Pero Beto no se fijaba en ella, ya que él quería conocer el amor verdadero y no que lo amaran por interés.
Ronco era un gato muy trabajador, había emprendido una nueva empresa y estaba trabajando muy duro en ella. Pero llevar a cabo su sueño lo había dejado más pobre de lo que era, solo tenía una empresa que comenzaba y mucho por hacer para ganar dinero.
Ronco estaba perdidamente enamorado de Katy, así que sin pensarlo una tarde salió a buscarla para declarar su amor. La encontró en el parque y se acercó a ella con mucha ilusión.
– Hola hermosa Katy, he venido a pedirte que seas mi esposa, yo te haré feliz porque te amo como nadie.
– Yo jamás me casaré contigo, no tienes nada, eres un gato pobre y despreciable -Contestó Katy rompiendo el corazón de Ronco-.
El tiempo pasaba y Katy no lograba conseguir que Beto pusiera sus ojos en ella. Pero Ronco quien no había decaído en su meta, seguía trabajando y recibiendo los frutos de su empeño, haciéndose cada día más rico.
Una tarde Katy se enteró de que Beto había pedido en matrimonio a una humilde gatita, y muy molesta se fue a sollozar a la orilla de un camino.
De pronto se acordó de Ronco y sus ojos se iluminaron. Salió a toda carrara a buscarlo, entrando a su empresa sin siquiera pedir permiso.
– Hola Ronco, vengo a decirte que sí estoy dispuesta a casarme contigo -Dijo muy coqueta-.
Ronco se levantó de la silla y caminó alrededor de ella, con una sonrisa irónica en sus labios.
– Yo no tengo interés en casarme contigo, ahora tengo dinero y tú solo me quieres por él. Gatas interesadas hay muchas, pero yo quiero una que me ame por mí y no por mi dinero. Lo siento, pero no voy a comprar el amor de la gata más interesada de este pueblo.
Katy salió muy humillada y avergonzada de la fábrica de Ronco. Sintiendo pena por ella misma, porque el amor al dinero la había hecho perder el mejor partido de toda la comarca”.
Moraleja: El valor de las personas está determinado por sus cualidades, no sus posesiones. El amor no se puede comprar ni vender, solo se siente.
El ratón campesino y el rico cortesano
“Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a comer a la campiña. Pero como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:
– ¿Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en abundancia. Ven conmigo y a tu disposición los tendrás.
Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y legumbres, higos y queso, frutas y miel.
Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su mala suerte.
Dispuestos ya a darse un festín, un hombre abrió de pronto la puerta. Espantados por el ruido los dos ratones se lanzaron temerosos a los agujeros.
Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursionó en el lugar, y al verla, los dos amigos se precipitaron nuevamente en una rendija para esconderse.
Entonces el ratón de los campos, olvidándose de su hambre, suspiró y dijo al ratón cortesano:
– Adiós amigo, veo que comes hasta hartarte y que estás muy satisfecho; pero es al precio de mil peligros y constantes temores. Yo, en cambio, soy un pobrete y vivo mordisqueando la cebada y el trigo, pero sin congojas ni temores hacia nadie”.
Moraleja: Tener menos dinero y disfrutar de serenidad y seguridad es más valioso que vivir en peligro con muchas posesiones”.
El congreso de los ratones
“Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa, pero temiendo siempre los ataques de un enorme gato, los ratones no querían salir. Ya fuera de día o de noche este terrible enemigo los tenía vigilados.
Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea a petición del jefe de los ratones, que era el más viejo de todos. El jefe de los ratones dijo a los presentes:
– Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No podemos vivir así!
– ¡Pido la palabra! – Dijo un ratoncillo muy atento. Atemos un cascabel al gato, y así sabremos en todo momento por dónde anda. El sonido nos pondrá en alerta y podremos escapar a tiempo.
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes aplausos y felicidad. Con el cascabel estarían salvados, porque su campanilleo avisaría de la llegada del enemigo con el tiempo para ponerse a salvo.
– ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir – Queda pendiente una cuestión importante: ¿Quién de todos le pondrá el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no podían contestar a aquella pregunta. De pronto todos comenzaron a sentir miedo. Y todos, absolutamente todos, corrieron de nuevo a sus cuevas, hambrientos y tristes”.
Moraleja: Proponer ideas es más sencillo que llevar a cabo un plan para ejecutarlas.
Fábulas con moraleja para niños
Los niños son los que más disfrutan de las fábulas y se benefician si estas tienen una moraleja al final. Sin importar sin son largas o cortas, al fin y al cabo siempre podrás sacar un beneficio cognitivo que los ayudará a discernir y razonar.
Las ranitas y el tronco tallado
“Una familia de ranitas que vivía en un lago, sentía mucho temor por un tronco tallado que se veía desde la orilla. Estas ranitas amaban las fiestas y la diversión, pero sentían gran respeto por el tronco, así que en muchas oportunidades trataban de no hacer tanto ruido para no molestar al tronco.
Seguramente este personaje al que tanto le temían, era un monumento de alguna tribu que ya no habitaba en el lugar, pero como no se animaban a acercarse para ver bien de que se trataba, solo podían divisar un rostro serio y que inspiraba mucha autoridad.
Un cierto día, en que se desató una terrible tormenta, el tronco cayó al lago y en ese momento las ranitas pudieron ver con claridad, que era solo un tronco tallado que ningún daño podía hacerles. Se rieron mucho de los temores por los que habían pasado y comenzaron a jugar con él y usarlo de trampolín para sus zambullidas en el lago”.
Moraleja: No hay por qué tener miedo a todo, pues a veces el temor solo está en la mente.
Un ser increíble
“Dos pequeños osos pandas jugaban sobre la rama de un árbol, uno de ellos, se sentó muy cerca de la punta y el otro mirando asustado extendió una de sus patas halándolo al centro de la rama. El pequeño panda que había estado a punto de caer sonrió agradeciendo al otro panda su preocupación.
– ¿Estás loco panda?
– ¿Por qué? – preguntó asombrado.
– Te has sentado en la orilla de la rama, si se parte te habrías caído.
– No, no me iba a caer, sabía exactamente hasta donde podía sentarme. Yo tengo conmigo un ser increíble que me ha enseñado mi capacidad y cuando corro peligro y cuando no.
El otro panda sorprendido y abriendo muchos sus ojos, no pudo contener la curiosidad de preguntar de qué ser increíble estaban hablando.
– ¿En serio? ¿Qué ser es ese, tienes algún amigo extraterrestre o algo así?
– No. Es terrenal, pero parece de otro mundo, puede cuidarme, enseñarme cosas, aumentó en mí la seguridad, me alivia cuando estoy triste, daría su vida por mí. Me defiende de todo y de todos, cuando estoy a su lado no sé lo que es el miedo, sé que siempre me está cuidando.
– ¿Y cómo hiciste para conseguir que un ser así te acompañara? Yo quisiera tener uno también.
– Lo tienes, siempre lo has tenido, pero no lo sabes apreciar. Mi ser increíble no llegó a mi vida, yo llegué a la suya y desde entonces me ha cobijado, educado y protegido. Ese ser increíble es mi mamá”.
Moraleja: Las madres sienten el amor más grande posible y son incondicionales, por eso deben ser valoradas.
El lobo con piel de oveja
“Un lobo hambriento caminaba por el bosque buscando algo para comer. Cuando ya no podía más, se sentó y fue cuando tuvo una idea. Pensó:
– Si como lobo no puedo agarrar ni una sola presa, entonces cambiaré mi apariencia y con el engaño podré comer.
Y así fue lo que hizo el lobo para obtener su comida: Se metió en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor.
Pero su plan no ha salido como él esperaba.
Al atardecer, para su sorpresa, el lobo disfrazado de oveja fue llevado junto a las demás ovejas a un encierro, quedando la puerta asegurada.
En la noche, buscando el pastor su provisión de carne para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante”.
Moraleja: Quien se vale del engaño tarde o temprano terminará haciéndose daño.
Fábulas con moraleja con refranes
Los refranes quedan grabados en la memoria por más tiempo si están asociados a fábulas.
La zorra y las uvas
“-Si no lo puedes alcanzar, debes igual valorar-
Este relato comienza así…
Era una tarde calurosa; en donde el cansancio y la sed, parecían ser los protagonistas del día. Una pequeña zorra, tras largas horas de caza, se encontraba sin fuerzas y algo desorientada.
– ¡Cómo quisiera beber un poco de agua! ¿Dónde podré conseguir? Dijo la zorra algo preocupada.
A lo lejos, observó un hermoso racimo de uvas; sus ojitos se alegraron al instante. El solo imaginar su sabor dulce, incrementaba su deseo de poder degustarlas. De seguro, se hidrataría con su delicioso jugo.
Comenzó a saltar cerca al árbol una y otra vez, pero sus esfuerzos resultaban en vano; no lograba alcanzarlas. Al final, la zorra solo se rindió y se sintió todavía más cansada que antes. Sus intentos, no habían tenido resultado.
No obteniendo lo anhelado, expresó con mucha molestia.
-Bueno, pensándolo bien… quizá ni estén maduras esas uvas”.
Moraleja: No hay que despreciar o criticar aquello que no se puede tener.
El astrónomo
“-A veces, nos encerramos en nuestro propio mundo más de lo que deberíamos-
Este relato nos habla de un hombre estudioso. Aquel que observa y analiza las estrellas, los planetas, las galaxias, cuerpos celestes, y el universo en general. Astrónomo, le hacen llamar.
Este astrónomo tenía el viejo hábito de caminar todas las noches. Paseaba de calle en calle, de lugar en lugar. Bastante retirado de la ciudad, debo decir. Siempre concentrado en su mundo, sin mirar más allá. Una noche, admirando el cielo, cayó en un pozo sin pensar.
Comenzó a lamentarse una y otra vez, pidiendo auxilio sin cesar. A los pocos minutos, pasó un hombre cerca de donde estaba, el cual, oyendo su llamado se acercó de inmediato. Rápidamente se puso al tanto de lo ocurrido, y enseguida le dijo:
-Amigo, veo que deseas observar lo que hay en el cielo, pero… ¿cuántas veces te has detenido a ver lo que hay en la tierra?”.
Moraleja: Las personas deberían evitar encerrarse solo en su mundo y recordar qué los rodea.
El alción
“Vale más lo bueno y conocido, que lo malo por conocer.
El protagonista de este relato, es el alción. Un pájaro encantador que le gusta habitar en lugares alejados.
Incluso, existe un pequeño mito que nos cuenta que este hace su nido a las orillas del mar, huyendo de las personas que lo quieren cazar.
Cuenta la historia, que un alción estaba a punto de poner sus huevos. Ante esto, divisó un peñasco en el camino, se subió allí y prontamente armó su nido.
Al día siguiente, decidió salir temprano en busca de comida. Pero, mientras estaba ausente, las olas del mar se incrementaron, y chocaron tan fuertemente contra el peñasco… que el nido de retoños terminó ahogándose.
Al ver tan triste hecho al regresar, comenzó a lamentarse sin cesar.
-¡Que desafortunado soy! No puedo creer lo que ha ocurrido, y ni lo entiendo en verdad. Tanto que he huido de los peligros en tierra, y el mar resultó ser más peligroso sin dudar. No fue buena idea venirme acá”.
Moraleja: Cada decisión conlleva consecuencias, buenas o malas, y es necesario ejercer cuidados en territorios desconocidos.
Aprendizaje y conclusiones
Niños, adolescentes y adultos pueden beneficiarse de las fábulas largas que les enseñan a ser agradecidos, precavidos, valientes y honestos.