Mejores Fábulas de Esopo
El famoso escritor, llamado Esopo, creó muchas fábulas populares y sencillas de fácil y rápida comprensión. El propósito al realizarlas fue resaltar los valores y principios morales que se tienen que cultivar en cualquier sociedad. De manera muy especial, los niños son cautivados por estos relatos mientras se les educa a través de este medio.
Fábulas de Esopo cortas
Las fábulas de Esopo cortas son ideales para las personas, incluyendo los niños que se distraen con facilidad. Esos relatos breves transmiten las lecciones y enseñanzas de forma divertida pero directa, captando la atención de grandes y chicos.
Algunas fábulas muy famosas también fueron escritas y meditadas por el famoso escritor Samaniego échales un vistazo y conócelas.
El asno y la zorra encuentran al león
“El asno y la zorra, habiéndose unido para su mutua protección, salieron un día de caza. No anduvieron mucho cuando encontraron un león. La zorra, segura del inmediato peligro, se acercó al león y le prometió a capturar al asno si le daba su palabra de no dañarla a ella.
Entonces, afirmándole al asno que no sería maltratado, lo llevó a un profundo foso diciéndole que se guareciera allí. El león, viendo que ya el asno estaba asegurado, inmediatamente agarró a la zorra, y luego atacó al asno a su antojo”.
Moraleja: Las personas nunca deben permitir que el miedo los lleve a traicionar a sus amigos, pensando que estarán bien. Al final, todos los que hacen eso terminan siendo traicionados también.
La cierva tuerta
“Una cierva a la que le faltaba un ojo pacía a orillas del mar, volviendo su ojo intacto hacia la tierra para observar la llegada de cazadores y dando al mar el lado que carecía del ojo, pues de allí no esperaba ningún peligro.
Pero resulta que una gente navegaba por este lugar, y al ver a la cierva la abatieron con sus dardos. Y la cierva agonizando se dijo para sí: – ¡Pobre de mí! Vigilaba la tierra, que creía llena de peligros, y el mar al que consideraba un refugio me ha sido mucho más funesto».
Moraleja: La gente no debe confiarse de lo que aparentemente no representa ningún peligro. Tienen que estar alerta porque a veces las aguas mansas son las más peligrosas.
El lobo y el cordero
“Había una vez un lobo que vio a un cordero en la orilla de un río y quiso comérselo ofreciendo un pretexto simple pero verosímil. A pesar de estar río arriba, le acusó de no dejarle beber al revolver el agua. El cordero contestó que al estar el lobo río arriba y el más abajo no era posible que así fuera.
Al ver el fracaso, el lobo acusó al cordero de haber insultado a sus padres el año anterior, a lo que el cordero contestó que hacía un año el aún no había nacido. El lobo dijo entonces que aunque el cordero se justificaba muy bien, no le dejaría ir y no iba a dejar de comérselo».
Moraleja: Las personas a las que les gusta hacer daño a los demás no harán caso a los argumentos lógicos.
Fábulas de Esopo para niños
Hay cierto tipo de fábulas para niños que son representadas o protagonizadas por animales que hablan y son entretenidos. Mediante su conducta y palabras, contribuyen a fomentar en los niños lecciones morales y creatividad.
El águila, el cuervo y el pastor
“Lanzándose desde una cima, un águila arrebató a un corderito.
La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al máximo sus alas no logró soltarse.
Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños.
Le preguntaron sus hijos acerca de qué clase de ave era aquella, y les dijo:
– Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.”
Moraleja: La gente debe esforzarse por hacer lo que pueda, sin intentar hacer aquello para lo que no están preparados.
El lobo y la grulla
“A un lobo que comía un hueso, se le atragantó el hueso en la garganta, y corría por todas partes en busca de auxilio.
Encontró en su correr a una grulla y le pidió que le salvara de aquella situación, y que enseguida le pagaría por ello. Aceptó la grulla e introdujo su cabeza en la boca del lobo, sacando de la garganta el hueso atravesado. Pidió entonces la cancelación de la paga convenida.
– Oye amiga – dijo el lobo – ¿No crees que es suficiente paga con haber sacado tu cabeza sana y salva de mi boca?”
Moraleja: No se debe confiar en las palabras de personas malvadas o ayudarlas, porque siempre actúan con malicia.
La zorra y el leñador
“Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña.
Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.
El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron las señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra.
La zorra, al verlos marcharse, salió sin decir nada.
Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió:
-Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.”
Moraleja: Una acción vale más que mil palabras. Por lo tanto, la gente debe prestar más atención a lo que hace que a lo que dice.
Fábulas de Esopo con moraleja
Aparte de incentivar el interés por la lectura, las fábulas de Esopo con moralejas dejan enseñanzas de comportamiento. Aspectos como la honestidad, la humildad, la cooperación y la modestia, están entre las tantas lecciones de estas historias.
Fábulas parecidas a estas, fueron escritas y muy bien pensadas por Fedro, así si estás buscando similares, puedes valerte de estas.
El murciélago y las comadrejas
“Cayó un murciélago a tierra y fue apresado por una comadreja. Viéndose próximo a morir, imploró el murciélago por su vida. Le dijo la comadreja que no podía soltarle porque de nacimiento era enemiga de los pájaros. El murciélago replicó que no era pájaro sino un ratón, librándose de este modo con gran astucia.
Tiempo después volvió a caer en manos de una segunda comadreja, a la que suplicó que no le devorara. La comadreja le dijo que odiaba a los ratones, de manera que no podía dejarle marchar. El murciélago sin embargo le contestó que él no era un ratón sino un pájaro, de manera que consiguió volver a librarse».
Moraleja: El sobrevivir, en muchas ocasiones, depende de la capacidad de la gente al adaptarse a las circunstancias.
El viento del norte y el sol
“El viento del norte era muy presumido y siempre alardeaba frente al sol de ser muy fuerte:- Puedo derribar árboles, hacer volar casas por los aires y levantar tractores como si fueran briznas de paja. Nadie puede aguantar mi fuerza. Todos deben doblegarse cuando soplo con fuerza.
– ¿Eso es ser fuerte? La realidad es que hay otras muchas maneras de ser fuerte. Te lo voy a demostrar, ¿ves a ese hombre que se acerca por el camino? Hagamos una sencilla prueba. El que logre de los dos quitarle la capa que lleva, será el más fuerte.
– ¡Qué sencillo, es pan comido!, dijo el viento del norte.
– Te cedo el puesto, puedes comenzar tú a probar tu fuerza.
El sol, se escondió tras una nube y el viento del norte comenzó a soplar. Sopló alrededor del viajero que comenzó a tener problemas para caminar ya que el viento le empujaba y levantaba su capa por los aires. El viento siguió soplando y el hombre agarró su sombreropara que no saliera disparado, hubo un momento que la capa revoloteó por encima del hombre y parecía que iba a salírsele de los brazos, pero aquel hombre, dejó de sujetar su gorro y ajustó bien la capa.
Pese al fuerte viento, continuó su camino encorvado para hacer frente a la fuerza del viento. Cuanto más soplaba el viento del norte, más ajustaba el hombre su capa. Y, tras muchos intentos, el viento del norte desistió y le cedió el turno al sol.
– Va a ser rápido, ¿quieres verlo?, dijo el sol confiado, y entonces salió de detrás de la nube y comenzó a brillar fuerte en el cielo.
El hombre, se enderezó y en unos segundos, comenzó a sentir mucho calor, el sol parecía estar justo encima de él dándole calor y, en unos minutos no soportó más el sofoco y se desprendió de la capa para no sudar tanto.
El viento del norte, se marchó resoplando enfadado, y el sol, feliz, siguió brillando en el cielo.”
Moraleja: Los individuos deben saber que la violencia y el uso de la fuerza no logran nada positivo.
El pescador y el pececillo
“Un pescador echó su anzuelo al mar y atrapó un pececillo. Mientras le quitaba en anzuelo para echarlo a su cesta, el pececillo abrió la boca, implorando al pescador lo devolviese al agua.
-¿Quién eres tú para convencerme con tu ruego? –le pregunto el hombre.
-Soy muy pequeño ahora –le replicó el pez- y no valgo gran cosa; pero si me pescaras cuando sea mayor, te seré más útil porque podre saciar tu apetito.
-¿Pescarte después?… ¡Eso nunca! –objetó el hombre-. ¿Quién me asegura que tendré la suerte de volverte a pescar? ¡Ah, tunante, tu discurso no me convence! Confórmate con tu aciaga suerte y ve al cesto, mas no al mar…”
Moraleja: La gente no debe pensar que siempre los acompañará la suerte, porque esta no se da en todas las circunstancias.
Aprendizaje y conclusiones
Las fábulas de Esopo, aunque en algunas ocasiones sean cortas, encierran unas lecciones y de mucha fuerza. Ese tipo de contenido permite que las personas centren la atención en lo bueno: la sinceridad, la coherencia y la adaptabilidad. También destaca los beneficios o las consecuencias de la falta de precaución, valor y lealtad.